Jacob está siendo pasado a máquina por la señorita Green, y cruzará el Adántico el día 14 de julio. Entonces comenzará mi temporada de dudas y de altibajos. Me voy a proteger de la siguiente manera. Procuraré tener adelantado un relato para Eliot, vidas para Squire, y Reading; de manera que pueda darle la vuelta a la almohada, según sea mi suerte. Si dicen que se trata de un inteligente experimento, me dedicaré a producir, en calidad de producto acabado, «La señora Dalloway en Bond Street». Si dicen, su narrativa es inverosímil, yo diré, y qué me dicen de la fantasía de la señorita Ormerod. Si dicen: «Ni uno de sus personajes consigue importarnos un pimiento», les diré que lean mis críticas. Pero ¿qué dirán del Jacob? Una locura, supongo; una rapsodia inconexa; no lo sé. Para formarme una opinión sobre este libro confiaré en volverlo a leer. Sobre volver a leer novelas es el título de un artículo muy trabajado, pero notablemente inteligente, destinado al Supt.